top of page

Guarda la piedra en el bolsillo

  • Alejandra Rodríguez
  • 15 ago 2016
  • 2 Min. de lectura

«Esa venganza oculta que existe en cada uno, es la que nos lleva a estar a la defensiva y reaccionar lanzando dardos hirientes con quienes contendemos, ahí se evidencia que también hay un agresor oculto en el humano que creemos ser»


Cada persona en cierta medida ha tenido que padecer de algún tipo de agresión, desde violencia física, verbal, psicológica, hasta del chancletazo de mamá, en fin, todos en algún momento hemos sido víctimas; pero con seguridad, en la misma medida o mayor, hemos sido victimarios.


Victimario, no es solo aquel que roba, mata o viola a una persona, es aquel que con una palabra puede acabar con la estima de alguien más; la burla, la discriminación, el chisme, el hacerle la vida imposible a mi compañero porque me cae mal, son claros ejemplos de agresión y, ¿qué tal si incluimos el actuar como jueces de otros? Hay un refrán muy común que dice «el que esté libre de pecado que tire la primera piedra» Pues bueno, creo que nos va a tocar guardar la piedrita en el bolsillo. El problema que tenemos como nación, en parte, se debe a que cada uno paga “ojo por ojo y diente por diente” o utilizamos frases como “el trato que me das será el que recibirás” esa venganza oculta que hay en cada uno es la que nos lleva a estar a la defensiva y reaccionar lanzando dardos hirientes con quienes contendemos, ahí se evidencia que también hay un agresor oculto en el “humano” que creemos ser.


Lamentablemente, por estos días se nos ha medido el grado de tolerancia y violencia que puede existir en cada uno de nosotros a través del termómetro de las redes sociales, y el resultado, un rencor enfermizo por defender u oponerse por lo que “se cree que es lo correcto” y, ¿así pensamos construir paz en un posconflicto, con el odio de un pueblo, con la ausencia de un mandatario, con respuestas sin argumentos de los ministerios, con una chispa encendida por un chisme y peor aún avivada por los medios?


Creo que este es el tiempo propicio para hacer una introspección, para mirar la viga que hay en el ojo de cada uno de nosotros y no detenernos a mirar la paja del ojo de mi prójimo, porque la opinión de todos tiene el mismo grado de valor e importancia para construir sociedad, lo malo está en que condenamos a muerte a quienes no piensan igual. Y ¿así se reclama igualdad? Pues bueno, mejor hagámonos un favor, aquietemos el agresor oculto que vive en cada uno de nosotros, y como dice el refrán: si no tienes nada bueno (respetuoso) que decir, mejor no digas nada.


Termino con este artículo citado por Jaime Garzón: «Nadie podrá llevar por encima de su corazón a nadie ni hacerle mal en su persona aunque piense y diga diferente»

Comments


Entradas destacadas
Entradas recientes
Archivo
Buscar por tags
Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square

EL HUMANO OCULTO EN EL AGRESOR 

Violencia, un drama que NO termina

Siguenos en nuestras redes Sociales

  • Wix Facebook page
  • Wix Twitter page
bottom of page